El asado a la parrilla, al fuego o a la brasa es el más antiguo de los procedimientos de cocina que conocemos hoy en día, pero por diferentes motivos, seguimos utilizándolo. En primer lugar, el disfrutar de comidas cocinadas mediante este procedimiento se ha convertido en un símbolo de días de ocio, de cocinar y comer diferente a lo que acostumbramos de forma cotidiana. Además, el pensamiento popular va ligado a que esta preparación nos permite disfrutar de los alimentos en estado puro, acompañándolos solamente de las salsas que pueda desear cada uno o bien degustándolos sin necesidad de acompañamiento.
La palabra inglesa ‘barbecue’ procede de la española barbacoa, y esta lo hace a su vez de un término muy parecido en el lenguaje arawak de los indios taíno del Caribe, que lo usaban para designar un artefacto parecido a una hamaca o parrilla de madera, donde llegado el caso, se podía asar la carne.
Muchos son los alimentos que se pueden asar a la parrilla y muchas las ventajas que se nos podrían ocurrir a la hora de comer los alimentos de este modo en lugar de crudos. Pero si existe algún motivo de peso que justifique por qué asamos algunos alimentos que no necesitan ser cocinados, ese es el sabor… Un sabor que nos gusta y que hace que podamos comernos casi todo alimento cocinado de esta manera.
Para asar a la brasa han de utilizarse las ascuas de maderas aromatizadas, que según las regiones o los resultados en el sabor que se deseen obtener, adquieren una gran importancia. Al colocar la pieza de alimento sobre la parrilla, esta debe estar caliente y no tiene que haber llama. Cuanto más ancho sea el trozo de carne o pescado, más lejos debe situarse de las brasas, dejando que penetre el calor en su interior y se cocine de forma excepcional.
En Brasería Navarro somos expertos en cocinar tanto carnes como pescados siguiendo este milenario procedimiento, usando ingredientes de primera calidad cocinados con leña de carrasca o encina, dando lugar a platos exquisitos que le harán las delicias de todos nuestros clientes.